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Descubre nuestros frutos.Arándano
Los arándanos pertenecen al género Vaccinium, de la familia de las Ericáceas, constituyendo un grupo de especies distribuidas por todo el hemisferio Norte y en algunas zonas del hemisferio Sur como Sudamérica o Nueva Zelanda. En Asturias representan una alternativa a los cultivos tradicionales de frutas y hortalizas, dadas las condiciones excepcionales de clima y tierra para su cultivo, además de su alta rentabilidad a medio y largo plazo.
Son un grupo de plantas arbustivas de tamaño medio y hojas caducifolias. Sus flores son pequeñas, de color blanco o blanco-rosado y se disponen en racimos. Sus frutos son falsas bayas, redondeadas, de color negro-azulado, tienen un tamaño que en ciertas variedades pueden alcanzar los 30mm de diámetro y con un peso de 0,5 gramos. La epidermis de los frutos está cubierta por una secreción cerosa, que contiene gran parte de los antioxidantes del fruto.
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Su valor nutricional
El valor nutricional del arándano, según la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, lo resume como libre de grasas y sodio, libre de colesterol y rico en antioxidantes, fibras, ácido hipúrico y vitamina C, lo que determina que sea una fruta con muchas características deseables desde el punto de vista nutricional.
Estudios de la Universidad de Clemson y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos han ubicado al arándano en la posición número uno por su gran cantidad de antioxidantes, frente a todos los frutos y vegetales.
El pigmento que le confiere el color azul al fruto (la anthocianina), interviene en el metabolismo celular humano disminuyendo la acción de los radicales libres, asociados al envejecimiento, cáncer, enfermedades cardíacas y Alzheimer.
Frambuesa
La frambuesa es un arbusto perenne de la familia de las Rosáceas, caracterizada por sus tallos erectos provistos de pequeñas espinas fuertes y abundantes. Estos tallos alcanzan alturas superiores a 2,0 metros en condiciones favorables. Los frutos son pequeños, ovoides o sub globosos de color rojo, negro, púrpura o amarillo, de 2,5 a 4,0 gr de peso, que se desprenden fácilmente del receptáculo al madurar.
Existen dos tipos generales de frambuesas, las remontantes que tienen dos épocas de producción, cuya primera cosecha se extiende desde fines de Mayo hasta inicios de Julio y la segunda cosecha va desde Agosto hasta Octubre. El otro tipo son las NO remontantes que fructifican una vez al año, entre los meses de Julio y Agosto.
Su valor nutricional
Las frambuesas son muy ricas en vitamina C, de hecho una taza de frambuesas proporciona gran parte de las necesidades diarias de esta vitamina. Como toda vitamina C tiene una importante función antioxidante capaz de neutralizar la influencia negativa de los radicales libres.
Su papel es fundamental en la disminución de la hipertensión y en la prevención de enfermedades cardiovasculares al favorecer la resistencia capilar. Previene y mejora los síntomas alérgicos o el cicatrizado de las heridas. Al aumentar la capacidad de absorción del hierro previene o ayuda a mejorar los síntomas de anemia por falta de hierro.
La vitamina C, combinada con la rutina, mejoran la circulación por sus propiedades vasodilatadoras y fortalecedoras de los capilares. Todo ello resulta preventivo en problemas de excesivo sangrado, como derrames nasales, menstruaciones excesivas o incluso derrames cerebrales. En esta función también intervienen las antocianinas que son las que le dan el peculiar color rojo oscuro a este fruto y las que las hacen más oscuras a medida que estos frutos se cortan del árbol y se almacenan. Durante este proceso aún aumentan más el contenido en este componente lo que les da un tono azulado. Las antocianinas protegen los capilares de los ojos y ayudan a mantener el buen estado del corazón.
Fresa
La fresa es una planta herbácea, perteneciente a la familia de las Rosáceas y al género Fragaria, de unos 15 a 35 cm de altura, de follaje verde brillante, que nace del cuello de la planta y las hojas alternadas tienen un pecíolo de cada una, con distinta longitud y emergen del pedúnculo principal a diferente nivel.
El fruto deriva de una modificación del receptáculo y en él se encuentran los “aquenios”, o sea los verdaderos frutos secos de este tipo, pero que vulgarmente se le conocen con el nombre de semillas. En realidad, desde el punto de vista botánico, el fruto es un poli aquenio, y en su conjunto adquieren formas diferentes: globulosas, acorazonados o puntiagudo de color rojo, violeta o salmón de tamaño variable, pero siempre de perfume y sabor agradable.
Su valor nutricional
A estas frutas se les atribuye diversas propiedades, sobre todo por su abundancia de vitamina C, que presenta en mayor cantidad que los cítricos. Una persona adulta sana necesita 60 miligramos al día de vitamina C y 100 gramos de fresas o fresones satisfacen la totalidad de las recomendaciones. Este nutriente posee una comprobada acción antioxidante, al igual que los antocianos y la vitamina E, presentes en las fresas y fresones. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados “radicales libres”.
La respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular de nuestro organismo, pero como consecuencia de la misma se producen unas moléculas, los radicales libres, que ocasionan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud a través de su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas (“oxidación”). En nuestro cuerpo existen células que se renuevan continuamente (de la piel, del intestino..) y otras que no (células del hígado…). Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo de que se produzcan alteraciones genéticas sobre las primeras, favoreciendo el desarrollo de cáncer o bien, reducen la funcionalidad de las segundas, lo que es característico del proceso de envejecimiento.
Existen determinadas situaciones que aumentan la producción de radicales libres, entre ellos: el ejercicio físico intenso, la contaminación ambiental, el tabaquismo, las infecciones, situaciones de estrés, dietas ricas en grasas y la sobre exposición a las radiaciones solares. Los antioxidantes pueden bloquear los radicales libres que modifican el llamado mal colesterol, contribuyendo a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, los bajos niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y de enfermedades degenerativas.